Guadalajara: la perla de occidente cumple 480 años de ser la joya de México

Entérate porque vivir la ciudad de GDL es la mejor opción para pasar este 14 de febrero con amigos, en pareja o recorrerla solo con ojos de turista.

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La ciudad de Guadalajara nació a mediados del siglo XVI, y debe su nombre al vocablo árabe que significa “rio de piedras”, “rio que corre entre piedras” o “valle de las fortalezas”, lo cual nos hace pensar en lo significativo de ese nombre, pues la ciudad ha tenido una historia interesante, empezando por una fundación tortuosamente larga.

Ha sido una ciudad que ha pasado de ser solo un lugar de paso en la época del virreinato, la capital de la Nueva Galicia, el asentamiento de indígenas, españoles, italianos y franceses, una ciudad de matices religiones que aún perduran, un lugar prospero no solo en economía sino también en cultura, arte, filosofía, industria, tecnología… podríamos enumerar todas y cada una de las características que dan sentido al nombre, sin embargo en pocos palabras, podemos decir que es una ciudad que al igual que las aguas que fluyen entre las rocas, se ha levantado y florecido a pesar de la naturaleza que la rodea, hostil a veces, complicada, inamovible pero si moldeable, igual que una roca que parece que no querer dejar su lugar, como si de un centinela se tratase.

La perla de occidente se encuentra en uno de sus momentos más memorables, no solo por ser considerada la “Silicon Valley” de Latinoamérica, sino porque está demostrando que puede competir y dejar huella en la historia, más allá de la que aparece en nuestros libros de texto escolares. La ciudad se ha extendido y amalgamado con las ciudades colindantes como Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá, haciendo que los municipios trabajen en conjunto para crear espacios de recreación seguros, agradables y memorables.  

Centro Histórico de Guadalajara recorrido por Av. Niños Héroes
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Guadalajara ofrece muchas opciones para vivirla a lo grande. Puedes comenzar el día tomando un delicioso desayuno en algún agradable restaurante cerca de la colonia americana, ahí encontraras opciones para todos los gustos, desde comida vegana hasta desayunos tradicionales de huevos al gusto y chilaquiles; si el tiempo de finales de invierno te lo permite puedes ir andando hasta el centro de la ciudad y tomar alguno de los recorridos en calandria o en autobús turístico, es una experiencia que se disfruta enormemente pues conoces rincones y curiosidad que en el diario y por las prisas pasas por alto.

Quizá después de la hora cultural tomarte un tiempo para recorrer la zona francesa y la italiana (Chapultepec y sus alrededores) sea la opción más adecuada para tomar un té o un café en alguna de sus agradables terrazas, admirando las construcciones de época que evocan otros tiempos y se desdibujan con el presente haciendo que ese momento permee en ti.

Hacia la hora de la comida y la tarde, un buen platillo tradicional como carnes en su jugo o tortas ahogadas, te permita conocer los sabores de una ciudad que sigue luchando por evolucionar sin perder su identidad, su propio “sazón” y por qué no endulzar tu tarde con una deliciosa nieve de garrafa de limón, pétalos de rosa, mamey o chocolate, y si eso no es de tu gusto, un raspado del parque Morelos de todos los sabores que puedas imaginar desde dulces y típicos hasta “diablitos” de mango o tamarindo con chile y chamoy, un postre que agrada a chicos y grandes.

Para cerrar el día que mejor que disfrutar de los eventos conmemorativos en el centro de la ciudad mientras comes una jericalla, tomas una cazuelita con tequila y cítricos o quizás te animas con unas donitas fritas del centro.

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