Camotes enmelados, de Colotlán a tu cocina

Siempre cae bien un rico camote enmelado, acompañado con un vaso de leche helada… solo de pensar ya se te hizo agua la boca, ¿a que sí? Toma nota y prepáralos en casa.

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Seguramente si eres de Jalisco te has topado con el típico y buen señor que lleva un carrito con charolas, ese que a veces pasa gritando por las calles de la colonia gritando y con un chiflido… el tan típico chiflido camotero, y es que todos crecimos con esos sonidos que se han vuelvo parte de nuestra cultura, de la melodía mexicana que resuena en nosotros sin importar que tan lejos nos encontremos de la tierra que nos vio nacer.

Y pues nada, estamos hablando de los camotes enmelados, esos tubérculos bañados en miel de piloncillo que de tan solo probarlos se deshacen en la boca, y ni hablar de todas sus propiedades… total que es un postre completo. Sigue leyendo, toma nota y prepara unos deliciosos camotes.

  • Conoce un poco sobre el camote

Esta raíz tuberosa es conocida por muchos nombres, batata, papa dulce, patata dulce, camote (que es del náhuatl camohtli), moniato o boniato, realmente va a depender de en donde te encuentres. Es principalmente de América, y llego a Europa a finales del siglo XV de manos de Cristóbal Colon, actualmente se cultiva de manera favorable en la provincia de Málaga. Se cree que antaño se comían crudos, precocidos o cocidos, por allá de la época precolombina, sobre todo en los estados del centro del país.

Ahora sí, vámonos a la receta.

  • Ingredientes para 4 porciones (si requieres preparar más, duplica los ingredientes)
  • 2 camotes medianas de aproximadamente ½ kilo cada uno
  • 1 taza de agua
  • ½ de canela en rama
  • 225 gramos Piloncillo o azúcar morena
  • 1 o 2 clavos de olor (opcional, pero les da un toque único)
  • Preparación
  • Enjuaga muy bien los camotes con agua del grifo para retirar cualquier rastro de tierra, puedes usar una escobeta de verdura. Coloca los camotes enteros en una cacerola lo suficientemente grande y agrega el piloncillo, la rama de canela, los 2 clavos de olor y 1 taza de agua.
  • Cubre y cocina a fuego medio-alto durante 25 minutos; Después de este tiempo estarán suaves por fuera, pero firmes en el centro, por eso has una pequeña perforación con un cuchillo, utiliza ese mismo chuchillo para asegurarte que estén cocidos, este deberá entrar y salir sin dificultad.
  • Una vez cocidos, corta los camotes por la mitad y sirva cubiertos con el jarabe de piloncillo. Puedes comerlos acompañados con un vaso de leche helada.

Nota: El piloncillo se convertirá en un jarabe espeso con el agua, así que debes ser muy cuidado al manejarlo ya que alcanza altas temperaturas, las quemaduras por caramelo son las más dolorosas.

No necesitas pelar los camotes ya que también puedes comer la cáscara (la cual está llena de fibra), pero si acaso te desagrada, entonces no pasa nada si les quitas la cascara.

¿Viste lo fácil que es? Pero más allá de eso, es un postre delicioso y perfecto para cualquier hora, además tiene propiedades nutricionales que benefician sobre todo a las mujeres, pues tienen una función parecida a la de los estrógenos, solo recuerda que no sustituye ningún tratamiento.

Este postre, de origen ancestral, sobrevive hoy día, y permanece en nuestra cultura y en los recetarios gracias a cada uno de los que contribuimos a preservar el patrimonio cultural de nuestro estado.

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