Vamos de casa en casa, las puertas se abren de par en par, las familias, igual que centinelas, vigilando, los visitantes con miradas expectantes en busca de aquello que únicamente se encuentra en un hogar de San Martin de Hidalgo. Un pie detrás de otro, silencio reverente, deseosos por descubrir lo que ese año aguarda.
Y ahí, en medio del altar que con tanto amor fue erigido solamente para él, se encuentra en descanso un Cristo, entre flores, velas, ofrendas y naturaleza… custodio del hambriento y del creyente, salvador de los perdidos, sanador de los enfermos, consolador de los de corazón roto. Que asombroso ser parte de una tradición que lleva vigente desde hace 400 años, quizá más, ¿Cómo puede ser que haya sobrevivido a las inclemencias de la vida? ¿Cómo es que permanece firme ante los cambios abruptos de una sociedad que parece no tener un rumbo fijo?, ¿Cómo puede ser esto posible?
Querido lector, no tenemos ninguna duda de que la permanencia de nuestras tradiciones tan solo depende de ti y de mí. De nosotros. Los habitantes de San Martin de Hidalgo convierten sus hogares en capillas, cada año en estas fechas, su devoción ha sido tal que han convertido al Tendido de Cristos en Patrimonio Cultural de Jalisco desde el 2016. Así de espectacular es.
· Elementos con gran significado
En un principio nombrado por los prehispánicos como Huitzquilic, pero al llegar el año de 1540 fue renombrado como San Martin de la Cal y finalmente en 1883 obtuvo su nombre actual de parte del gobernador del estado que en ese momento estaba en turno, y así hoy día lo conocemos como San Martin de Hidalgo.
Sin embargo, ese cambio de nombres no hizo que cambiara su tradición más especial y emblemática. El Tendido de Cristos. Y no es exclusivamente el colocar un Cristo, va mucho más allá, y es que está lleno de elementos simbólicos como el petate con hierbas, manzanilla, alfalfa, laurel, sabino, alfalfa, ramas de sauz, se colocan 12 velas que representan a los discípulos de Jesucristo, 33 veladoras que simbolizan los años que tenía Cristo al ser crucificado, 5 cirios pascuales que representan las heridas que le infligieron, peces que hacen referencia a sus milagros, palomas habaneras que representan el espíritu santo, naranjas agrias con clavos de olor que son sufrimiento y limpieza y un brasero de copal e incienso para purificar el espacio.
Esta celebración es única en México, de verdad no hay como esta muestra cultural, por eso no debes perdértela querido viajero. Esta tradición tiene impregnada el alma de las familias, y de los visitantes, quienes se unen y apoyan, lo que hace que siga viva. Es una experiencia cultural de 360 grados, no solo es espiritual, es arte, una experiencia visual, puedes sentir, palpar la devoción de los fieles creyentes, escucha la sinfonía, huele la danza de aromas, observa cada detalle.
No hay nada como heredar, dejar un legado que une generaciones y trasciende el tiempo. Te invitamos a visitar el poblado de San Martin de Hidalgo este viernes 15 de abril, viernes Santo, a las 8:00 de la mañana. No puedes perdértelo.
