¿Cuánto no se conoce de un lugar por sus historias, sus leyendas? Diremos que se puede saber bastante. Las leyendas conforman una parte esencial de la cultura de un sitio, se puede saber cómo viven y como ven la vida, la forma en la que perciben todo lo que sucede a su alrededor, el día de hoy, Colotlán, ubicado en la Región Norte del estado de Jalisco, nos cuenta algunas de las historias que se escuchan entre sus calles, en el interior de sus casas y en las voces de sus pobladores.
· La piedra china, ¿solo una piedra?
Hace algunos ayeres, una mujer de buen ver, alma alegre y gusto por las fiestas, vivía en Colotlán, puedes pensar que era como cualquier otra mujer de ahí, pero no, ella tenía algo, esa chispa que te hace sobresalir, un buen día, o quizá un día no tan bueno, la mujer volvía a casa después de pasarla de fiesta; sin embargo, su camino se vio obstruido debido al crecimiento desmedido del río, que por las fuertes lluvias había hecho imposible el paso… todo un inconveniente, algunos decían que se la veía angustiada, taciturno, como… ensombrecida, pues la mujer tenía a dos pequeños esperándola en casa. Durante toda la noche camino y camino, hasta que por fin el agua cedió y pudo seguir su camino.
Lo que le esperaba al llegar a casa es algo que… es complicado de nombrar. Al llegar a casa se encontró con la escena más terrible de todas, sus hijos habían sido devorados por los cerdos. La peor pesadilla de cualquier padre o madre. La mujer perdió la cabeza y así como así, desapareció. Los lugareños decía haberla visto, o algo así, pues era más bien el atisbo de una sombra, de aquello que fue y ya no es más, y aunque se creyera que ahí acababa su agonía, contaban los vecinos que fue castigada y convertida en piedra, su cuerpo enterrado, la vida siguiendo a su alrededor, y hoy día se dice que la tan famosa piedra china es lo que queda de aquella mujer tan desafortunada… si andas por las calles, no te será difícil pues ahí, en medio de la banqueta, podrás ver una piedra instalada cuál centinela… y si, al mirarla te da una sensación extraña, es como si exudara tristeza…
· Un catrín al que le gusta pasear de noche
Si acaso el insomnio se apoderó de ti, quizá sea una buena idea salir a dar un paseo, andar bajo el manto estrellado siempre cae bien… aunque… dicen los lugareños que, si acaso se te ocurre pasear cerca de la iglesia de San Nicolás, pues… lo mejor que puedes hacer es acostumbrarte a andar acompañado. Cuentan los que saben, que, del atrio de la iglesia, un catrín ataviado con un traje galante color negro, sale todas las noches (sobra decir que hay tumbas que tienen más de 100 años), y si, el catrín sale con pipa y guante a dar un paseo, se dice que anda por la calle de Basilio Terán rumbo al templo de San Luis Obispo.
Dicen que, si en su camino llega a toparse con alguien, este se detiene a saludar de forma reverencial, y con toda la actitud, haciendo uso de una voz vibrante y gruesa, y después, sigue su trayecto. Los que aseguran haberlo visto, narran que no se distinguen facciones en su rostro, mientras que otros aseguran que es más bien una especie de calavera o momia, con la piel pegada al hueso, hay algunos que han hecho acopio de toda la osadía que habita en su cuerpo y lo han seguido hasta la entrada del templo de San Luis, pero al ser medianoche, las puertas están cerradas, y así como así, el catrín desaparece.
¿Te gustaría comprobar si este enigmático catrín sale a dar un paseo nocturno?
· Un Santo fiestero
En la vida hemos escuchado muchísimas historias, unas muy desgarradoras, otras que dejan los pelos de punta, pero, esta leyenda sí que nos dejó pasmados, y es que sabrás, querido lector, que en Colotlán tienen una fiesta para celebrar a San Nicolás Tolentino, cada 10 de septiembre se reúnen y tiran la casa por la ventana, hasta aquí todo bien. Cuentan los lugareños que el santo estaba ubicado en la comunidad de San Nicolás, una comunidad ranchera del municipio, pero de vez en vez lo llevaban a hacer visitas al pueblo, sin embargo, el santo no se quedaba, este volvía a San Nicolás y allá se quedaba… que cosa… pues así es, este santo no quería estar de visita así que se volvía, aunque los colotlenses querían que se quedara en el pueblo, hasta que un día se les ocurrió una idea peculiar, decidieron llevar al santo con nada más y nada menos que un baile. Así es, como lo lees querido lector, aparentemente el santo se sintió tan motivado por la fiesta y carantoñas que le hacían que solo así se quedó, muy quietecito, pero con un alma fiestera. Y, así pues, cuando le rinden culto, le piden algo o le agradecen, los lugareños lo veneran bailando. Un baile sencillo, sin extravagancias, pero bailando.
Esa historia sí que no la veíamos venir. Y tú, ¿Qué piensas?
· Músicos del Hades
Se cuenta que un grupo de hombres se ganaban la vida tocando en las cantinas, iban de una cantina a otra… sin embargo, no tardó mucho en pasar el furor por invitarlos a tocar, pronto el grupo musical se vio afectado en su economía, lo cual les causo gran preocupación. Un día, entre plática de amigos y colegas músicos, uno de ellos lanzo al viento una afirmación que, de haberlo sabido, la dejaba guardada en su interior, “si el diablo me invitara a tocar en el infierno, por una buena paga, aceptaría sin dudar”, palabras fuertes, ¿no lo crees querido lector?
No pasaría mucho tiempo cuando un elegante y galante hombre de porte se presentará ante los músicos con una propuesta de trabajo, este enigmático personaje los quería para tocar en un baile exclusivo. Sin pensarlo aceptaron el trabajo. La única condición que puso fue que era necesario vendarles los ojos, pues los invitados al baile eran tan exclusivos e importantes que se les requería aquello. Y así sucedió, les vendaron los ojos y los subieron a un vehículo, en el momento se pusieron en marcha. Emprendieron un largo viaje.
Al llegar retiraron los vendajes de los ojos, entraron a un salón enorme, elegante, y la gente de primer nivel, pero… lo extraño fue que empezaron a reconocer a algunas personas, aunque en teoría aquellas personas ya habían fallecido, aunque puede ser que estuvieran equivocados. La noche fue de lo más exitosa. Al finalizar su presentación fueron recompensados con monedas de oro, muy contentos, los músicos se despidieron, sin embargo, se les dijo que no los regresarían a casa, ellos tendrían que andar el camino de regreso, sin mayor problema, los músicos comentaron que estaba bien pues el amanecer se anunciaba pronto quizá y podrían ver por donde andar, pero al salir aún seguía oscuro y el viento soplaba con ímpetu levantando remolinos de polvo, lo mejor que pudieron hacer fue acercarse a dormir bajo un árbol cercano y esperar la luz del sol. Cuando hubo amanecido, los músicos despertaron y se dieron cuenta con asombro que estaban más cerca de lo que creían, pues el pueblo estaba a unos pasos, sin embargo, el trayecto de ida les había sonado eterno.
Ni hablar, lo mejor fue que volvieran a casa, pero al tomar sus pertenencias algo no cuadraba, al revisar las monedas de oro ya no estaban y en su lugar salieron sapos, culebras y alimañas de ese tipo… su paga se había transformado. Al parecer se cumplieron las palabras del músico… en efecto habían tocado en el infierno, pues no había otro sitio de donde vinieran este tipo de cosas, de ahí que los rostros eran tan conocidos, aquellos invitados tuvieron una vida poco ilustre, que dejaba mucho por desear… y justamente, ten cuidado con lo que deseas.
Al final querido lector, estas historias han trascendido en el tiempo para que conservemos la esencia de aquello que fue, para conocer la forma en la que nuestros antepasados interpretaban su realidad, y quizá también para que no olvides que la magia y el misticismo es parte de México.
