Hemos escuchado muchas cosas a lo largo de nuestra vida, de nuestras investigaciones, y bueno, siempre terminamos sorprendiéndonos más y más, y preguntando por ahí, nos enteramos de que hay algunas historias que se cuentan en las calles de Zapotlanejo, puede que sean cierto o puede que no, lo que, si es que por nuestra experiencia existe demasiada verdad en las leyendas, al final del día sabemos que las leyendas son símbolo de nuestra identidad.
· Un puente sobrenatural
Hace más de 300 años se construyó un puente, “Puente Grande”, y si, ya sabemos que pensaste en la cárcel de máxima seguridad, cosas que pasan. Como sea, este puente se construyó para cruzar el río Santiago. Sabrás que a este puente se le llama también “el puente del diablo”, y es que… dicen los que saben de esto que para su construcción se tuvo que hacer un pacto con el diablo para que fuera posible, pues se construyó con la mejor tecnología de aquella época.
Como en toda buena historia, el constructor que se comprometió a tener ese puente terminado en determinado tiempo, y con ciertas características, pero como en todos los tiempos, levanto envidias entre todo el mundo, por lo que fue boicoteado de muchas maneras y en muchísimas ocasiones, aquel hombre no quiso perder su prestigio ni el de su familia, así en esa desesperación dijo lo que muchos han verbalizado sin pensar, aseguro que vendería su alma al diablo si este lo ayudaba a terminar aquel puente.
Y así sucedió, el mismísimo Lucifer en persona pacto y firmo con el hombre un contrato donde se aseguraba de terminarlo en tiempo y forma, así todos los habitantes del infierno salieron de su retiro para construir aquel puente que en 1700 sería la envidia de muchos.
Del dicho al hecho el constructor entrego el puente terminado y su pago fue entregado, todo lo que quería se había cumplido, así que el diablo salió a su encuentro justo cuando la noche se dejó caer, exigiendo lo que le correspondía, sin saber lo que vendría, y así el constructor le dijo que no recibiría absolutamente nada de su parte, el diablo claro está, furioso saco el contrato y le dijo que las firmas de ambos estaban ahí, que debía cumplir con dicho acuerdo, pero resulto que el rencor del diablo lo cegó, en el contrato se especificaba que recibiría su pago si, solo si la construcción se llevaba a cabo justo como se le pedía, y esto no sucedió, pues los planos indicaban que en el centro se debía erigir un templo en honor a San Miguel Arcángel, quien era su enemigo más antiguo.
El diablo claro, se negó y no construyo nada, por lo que el contrato no se llevaba a efecto… y por primera vez resulta que un simple mortal venció al ser más astuto que ha existido, algo que poco o nada se ve en la historia. Finalmente, el puente cumplió su cometido y lo demás paso a ser cuento viejo.
· Una loba… ¿En el armario?
Antaño resulta que la zona de Zapotlanejo era tan boscosa que los animales andaban por ahí, tan acostumbrados estaban a pasear que cuando fue colonizado ellos andaban por las calles sin pena ni gloria. También se dice que en el sitio habitaba una loba, una que era fiera y fiel a su naturaleza. Que tenía fama de ser despiadada.
Un buen día esta loba, después de haber sembrado el terror entre los españoles, bajo hasta la casa de uno de ellos, y sin mayor explicación le quito la vida, sus fauces fueron lo último que aquella joven mujer vio en el instante en que su vida termino, sea como fuere, esta loba para nada era como la de Roma, que amamantaba a sus fundadores, todo lo contrario, esta se los comía. Ironía o no, ¿Quién lo sabe? Lo que sí sabemos es que le gustaba acechar, siempre vigilante, con una actitud que estaba a nada de hacerla pasar como humana.
Al final, el marido de aquella mujer le atravesó el corazón a la loba y le dio fin a su vida… el terror termino, pero al final, aquel día dos vidas fueron arrebatadas, una que provenía del viejo continente, y otra que, si las historias son ciertas, vino de la diosa luna.
Nos quedamos con aquello que podemos entender y explicar, y es perfectamente normal, siempre querremos apegarnos a lo que nos da tranquilidad y lo que podemos poner un rostro, sea como fuere, nos encanta escuchar historias de leyenda.
