Dicen los ancianos que con parsimonia y sin falta salen todos los días por la tarde, se sientan en sus bancos, sillas o taburetes, con el propósito de seguir siendo observadores de la vida cotidiana, acumulando no solo una que otra cana, sino historias, experiencias, sentidos, magia… y siempre, algo más. Ellos cuentan que al caer la noche Jalisco es otro, que cada ciudad y pueblo se convierten en otra cosa, es más, podría decirse que sale su verdadero rostro, su esencia.
No es ajeno querido viajero, que Jalisco está plagado de leyendas, que las voces que dan sentido a las historias que aquí habitan son tantas y tan variadas que es difícil seguirles la pista, pero lo que siempre termina siendo un común denominador es que el suceso en cuestión, si ocurrió, el cómo, a veces, se queda en las sombras.
Demos un paseo por la Costa de Jalisco, caminemos bajo la luz de la luna, a la orilla del mar, el océano golpeando contra las rocas, el viento agitando nuestro cabello, y… ¿Qué hay allí, entre las rocas y la espuma? Parece… una mujer, es… sí, es una sirena que sale a tomar un poco de la luz lunar, ahí está como cada noche, desde que nuestros padres eran niños, y sus padres, y los abuelos de sus padres… por la hora, puede que el barco haga su aparición, es su tiempo, es su momento, mucho le temen, pero tú y yo no, ¿cierto? Antaño que los pasajeros de ese navío dejaron la carne y quedaron en la permanencia.
Pero es demasiada sal, podríamos arruinar nuestro cabello, vamos mejor a recorrer las calles coloniales de los Pueblos Mágicos, presta atención, si escuchas bien podrás oír el andar de caballos y carretas, los lamentos de los bandidos, los susurros de los espíritus errantes, y si observas, las miradas de los trágicos amantes, más allá las hojas de los árboles no dejan su son, los hogares siguen desprendiendo ese calor y ese olor a comida casera, si eres valiente podemos adentrarnos en el corazón de Jalisco y descubrir que duendes, hadas, monstruos y bestias coexisten contigo y conmigo, y que incluso, las puertas del mismísimo infierno se abren con tesoros tentadores.
Descubramos que los cementerios son más que el recinto de descanso de los difuntos, es una fiesta nocturna sin tregua, admira la magia de los árboles y lagos ancestrales que guardan más de lo que se ve, descubre ciudades que aparecen solamente a algunos afortunados, vislumbra siluetas y campanadas que parecen reservadas para los creyentes… guárdate de las brujas y de los espíritus burlones, son tramposos y podrían ser tu perdición.
Vamos tú y yo de la mano, dando un paso a la vez hacia nuevos y mágicos destinos, hacia bosques encantados, puentes malditos, criaturas fantásticas, ciudades de cuento y pueblos de leyenda, tomemos un momento para observar lo que en el día pasa desapercibido, pero por la noche, cobra sentido.
Una Ventana a la Cultura, abramos juntos la ventana a un nuevo y maravilloso destino, y descubramos estos días, Jalisco y sus leyendas.
