Dicen los más ancianos del pueblo que hace muchos años, más de los que podrías imaginarte, existió una mujer peculiar, una bruja que hechizaba a los hombres, atrayéndolos hacia ella, para que se quedaran para siempre. Cuentan también que algunas de las mujeres del pueblo acudían solicitando sus servicios para que hiciera algún trabajo de magia negra…
Se dice que en las fiestas de El Tuito, esta bruja se transformaba en un búho de negro plumaje, alzando el vuelo, y al llegar a El Tuito para las fiestas, se convertía en una hermosa joven que embelesaba a los hombres y los hechizaba con su belleza.
De larga cabellera negra como la penumbra y de piel canela, la bruja llamada Elisa llevaba a los hombres a la completa locura. Las ancianas que llegaron a conocerla decían que solamente necesitaba una piel de tigre para volverse inmortal… ¿Será?
Las malas lenguas narran que el tiempo siguió su curso natural, y con ello, la llegada de su hermana, Fernanda. Se detestaban a grados insospechados. El odio entre ellas se volvió mucho más evidente el día en que ambas tuvieron el tino de enamorarse del mismo hombre, un soldado español de nombre desconocido, y claro, el hombre totalmente descarado, fue galante con ellas, enamorándolas más, y saliendo con las dos.
Fernanda se llenó de una gran rabia, y juntó a los pobladores para revelar un secreto impensable, les revelará la forma de matar a Elisa, su propia hermana. La solución tan sencilla y casi obvia, quemar a la mujer en una hoguera. Al final, la última petición de Elisa fue que le llevaran un pequeño cofre que estaba dentro de su casa. Cuando se lo llevaron, lo arrojaron a la hoguera donde lentamente ardía.
Tan pronto como esto sucedió, de las cenizas emergió un búho negro; y dicen los que saben, que cada vez que se aparece es un augurio de muerte.
Hay leyendas que son trágicas, de romance y venganza, de odio, de envidia, hay historias que pueden o no ser ciertas, pero lo que sí, es que si estas historias existen, alguna verdad debe encontrarse en ellas.
