En definitiva, el amor nace en el estómago, y quien diga que es mentira, está en un error. Nos encanta la comida, es todo un festival visual, olfativo y bueno… Nuestro corazón salta de alegría, las papilas se encienden y la mente tiene un acercamiento con el nirvana.
Si bien es cierto que el viajero habitual disfruta de la comida local como parte de su experiencia, hay quienes dedican sus viajes y/o vacaciones únicamente a eso, a conocer, probar, entender y disfrutar de la gastronomía del lugar, haciendo una experiencia inmersiva completa, enfocada en exclusivo a eso.
- La gastronomía, un pretexto para viajar
Puede que no lo creas, pero tiene muchos beneficios y es en verdad toda una experiencia cultural, por ejemplo apoyas a la economía local, que es todo un entramado complejo, desde productores de la materia prima, dueños de restaurantes o puestos locales, empleados, cocineros y más.
Es una manera de integrarte con la cultura del lugar, descubriendo de dónde vienen los platillos, quienes los crearon, las razones por las que se preparan así, eso, que lo sepas, ayuda a entender su cultura y tradiciones. Además, la experiencia es versátil, pues te permite conocer y descubrir nuevos sabores, aprender nuevas recetas e incluso ampliar tus conocimientos sobre el arte culinario, y si no los tenías, puedes empezar, nunca es demasiado tarde.
Eso no es todo, el turismo gastronómico es bastante amplio, pues hay actividades para todos los gustos.
- Degustar nuevos alimentos y bebidas.
- Inscribirse en clases de cocina para preparar nuevos platillos.
- Visitar diferentes restaurantes, establecimientos y puestos de comidas para probar todos los platillos.
- Asistir a ferias gastronómicas, como ocio, diversión y aprendizaje para conocer más sobre la cultura culinaria de la zona
- Comprar productos locales, como alimentos preparados o ingredientes.
- Realizar tours gastronómicos para explorar más variedad en la región.
- Experimentar las especialidades culinarias de la región, y sus variedades.
Si aún no lo has intentado, te lo recomendamos, pues la gastronomía es parte del alma que conforma un lugar, es divertido, emocionante, didáctico e incluso educativo, además a nadie le viene mal un poco de cultura culinaria, y claro, podrás decidir cuál platillo es tu favorito, y las maneras de preparación de cada zona de la región.
