Sayula, Jalisco es bastante famoso, claro, por sus dulces exquisitos y su cajeta fuera de serie, pero, también por ser el hogar de una leyenda bastante especial.
Hace ya algunos ayeres, igual a muchos lugares, en Sayula vivía un hombre en situación de calle, él se dedicaba a las tareas de ropavejero, su infortunio era tal qué fue el blanco de una pesada broma, hubo personas atrevidas y de mala entraña, le llenaron la cabeza con historias de tesoros escondidos… y bueno, no era tan loco, pero no por ello cierto.
Un bien día, el hombre dedico su tietiempola busqueda de ese tesoro, adentrandose en el panteón regional, tuvo muy mala suerte. El hombre y su amigo fueron en aquella caceria, pues su amigo juraba saber dónde se encontraba dicjo tesoro. La afirmación tan aventurada tan solo fue para sacarse de encima al insistente y desesperado hombre, pero todo salió mal, pues el punto señalado era justo el hogar de un espíritu en pena…
Aquel espíritu al ser despertado por el ropavejero prometió entregarle dicho tesoro, pero a cambio debia hacerle un favor. Nadie sabe cuál fue el favor solicitado, pero se sabe que el hombre salió corriendo despavorido. Jamás se habló de dicho suceso.
