Jalisco es leyenda y tradición, es un abanico multicolor de cultura y belleza inigualable, cada uno de sus rincones susurra una tonada distinta que, si bien a veces pudieras creer que es indescifrable, resulta que se entiende a la perfección, tan solo si escuchas con verdadera atención e intención, entonces podrás conocer los secretos que ahí aguardan por ti, y solo por ti. Ahora querido viajero, lo mejor será que leas un poco y si acaso deseas comprobarlo por ti mismo, entonces puedes averiguarlo… o no.
· Las veces que se puede vender un alma…
El río Ameca suele cobrar muchas vidas, pues resulta que ahí habita un ser que puede o no ser de este mundo, o más bien de este plano, una criatura que de alguna manera rompió toda ley conocida. Se dice que a principios del siglo pasado una fuerte sequía amenazo las cosechas de los pobladores de Ameca, quienes desesperados por sus perdidas y la falta de alimento en sus hogares ya no sabían lo que hacer. Una familia de entre todas la pasaba bastante mal, el padre de familia, Lucio, no encontraba forma de alimentar a su esposa y pequeños, por lo que en un arrebato vocifero a los cuatro vientos que vendería su alma a cambio de comida para su familia, y sin más, salió de casa y bajo la bóveda estrellada llamo al mismísimo Lucifer, quien ni tarde ni perezoso dejo el averno y se dispuso a escuchar a Lucio.
Así pues, el hombre le suplico por ayuda, y Lucifer, a cambio, pidió la única cosa que le interesaba, lo único de valor, su alma, que, si bien no le pertenecía, Lucio la entrego gustoso, así Lucifer entrego el dinero suficiente para que la familia de Lucio no pasara hambre jamás. Pero sucedió que las cosas fueron más allá, y Lucio se transformó en un hombre mezquino, tacaño… diferente… en cierto momento decidido a no perder todo lo que le habían dado, huyo de casa con todo su tesoro y asentándose a la orilla del río en compañía de su nueva amiga, una serpiente, se quedó ahí a pasar sus días.
Pero la mujer de Lucio aún lo amaba, no dejaba de pensar en él, de preocuparse, de procurarlo… pero eso a Lucio no le importaba, ni un poco. En su desesperación, la mujer se dispuso a buscar al sacerdote para que le ayudara, pero cuando Lucio supo que iban a su encuentro, temió por su dinero y sus pertenencias, la mujer y el sacerdote lo encontraron contando su dinero, Lucio tomo todo y huyo al río, pero jamás salió.
Nunca lo volvieron a ver. Tiempo después, los pobladores de Ameca aseguran que Lucio y su amiga serpiente se convirtieron en uno, y así Lucio se transformó en un híbrido mitad humano, mitad serpiente. Dicen haberlo visto, emergiendo a ratos, yendo y viniendo… arrebatando vidas como la suya fue arrebatada.
¿Qué opinas? Nosotros no nos atrevemos siquiera a creer que tal criatura pudiera existir tan cerca de donde vivimos, pero habrá que esperar y ver si Lucio aún sigue rondando este mundo.
· Un culto… peculiar
Hace muchos, pero muchos, muchísimos años, cuando el tiempo transcurría diferente, y cuando la vida parecía ser más simple, existía el culto al dios Teotl, se narra que a los prisioneros se les engordaba durante 1 mes y medio, cuál chanchito, después de ese lapso el cacique iba al Teocalli a dar gracias y adorar al dios Teotl. Después hacían ayuno de 5 días, y al finalizar mandaban traer a los prisioneros ya engordados, a quienes colocaban de espaldas, y les abrían el pecho para extraerles el corazón, ofreciéndolo al dios Teotl, mientras aún palpitaba. Después repartían los restos de los cuerpos a los indígenas para que estos se los comieran… mientras hacían danzas para que Teotl los protegiera y siempre fueran victoriosos en la guerra y en todo lo que se propusieran… eso se dice.
No lo podemos saber bien a bien, pero si podemos decirte que hay algo de verdad en estas historias, que son más de lo que parecen y que de alguna u otra manera narran hechos que forman parte del pasado y que es así como ellos vieron lo que vivieron, lo cual es, si nos preguntas, la verdad.
